Originaria de los Países Bajos, durante la investigación de su doctorado en el campo de la ley, Irene se enamoró del yoga y la meditación, especialmente de el yin yoga por su carácter liberador, calmante y relajante. Ella fomenta la auto exploración a nivel físico, emocional, mental y espiritual, mejorando la conexión, la autenticidad y la relajación profunda. Irene también guía las ceremonias del cacao, en las que combina la alquimia de la apertura del corazón con la meditación y la visualización.